Culpar

Culpar hace mucho daño. Cuando culpás a algo o alguien de tus problemas, te convertís en víctima pasiva de las circunstancias y hacés muy difícil que se pueda cambiar tu situación. Muchas relaciones se van a pique porque, cuando algo va mal, un miembro de la pareja culpa al otro. No asumen la responsabilidad de sus problemas. Cuando algo no va bien en casa o el trabajo, intentan buscar a alguien a quien echar la culpa. Raramente admiten sus propios problemas. Lo habitual es oír frases del tipo:
No tuve la culpa de que...
No habría ocurrido si hubieras...
¿Cómo iba a saber de que...?
Vos tenés la culpa de que...
Cada vez que culpamos a otro de los problemas que tenemos en la vida, perdemos fuerza para resolverlos. El “juego de culpar” hiere nuestro personal sentido de poder. Evitá los pensamientos de atribución de culpa a los demás. Para poder resolver los problemas que tengas, antes es mejor que asumas que sos vos el responsable de ellos.
Dr. Carlos Bautista

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